En el transcurso de estas últimas semanas de lo que va del presente año,
uno de los eventos deportivos más grandes del mundo “La Copa Mundial de
Futbol”; que acoge en su mayoría la atención y audiencia de 202 países que
constituyen oficialmente nuestro mundo. Sin embargo, somos testigo de una masa de individuos/as que expresan sus
creencias, preferencias, concepciones, opiniones y posturas de diversas maneras
sobre los avances y resultados de los países participantes por la obtención del
título.
Dentro de los participantes de Latinoamérica constaba nuestra selección
de futbol realizando un papel regular que conllevo a la exclusión del título.
De esta forma, las herramientas de comunicación como las redes sociales
(Whatsapp, Line, Facebook, Twitter, Instagram) se convirtieron en el objetivo
principal de la voz de las masas
psicologicas, expresando en sus portadas de perfiles sus anhelos, deseos,
criticas, sentimientos, emociones y afectos sobre el objetivo fallido.
Cabe mencionar que la palabra “masa”
en nuestra jerga cultural hace referencia al conjunto de individuos de
cualquier clase o estracto social. Sin embargo, desde la perspectiva
psicológica se determina “masa” al
cohorte de individuos de diversas características y cualidades diferentes que
la componen, como hace referencia nuestro maestro C.G. Jung “Lo heterogéneo se
sumerge en lo homogéneo y las cualidades inconsciente dominan (…..)”. Sin
embargo, dicha masa al plantearse objetivos en común deja de ser una masa inconsciente
y se convierte en una colectividad en
desarrollo de consciencia.
Podríamos plantearnos las siguientes reflexiones:
-
¿Qué hace posible la
formación de una masa?
-
¿Qué moviliza a los
individuos/as a ser parte de una masa?
-
¿En qué condición se
establece una colectividad consciente?
Partiendo desde la perspectiva de Le
Bon, considera que su formación radica la relación de los individuos con su
medio: “cualesquiera que sean los individuos
que la componen (…), el mero hecho de hallarse transformados en una masa los
dota de una especie de alma colectiva en virtud de cual sienten, piensan y
actúan de manera exactamente distinta de cómo sentiría, pensaría y actuaría
cada uno de ellos en forma aislada…”
Además, Le Bon hace
referencia a las posibilidades que movilizan a un individuo/a ser parte de una masa psicológica, cuya cualidades individuales desaparecen y
la homogeneidad de la masa psicológica se
evidencia en los flujos instintivos de las emociones, entre las cuales destaca: la adquisición de sentimiento de poder,
contagio, sugestionalidad.
Por otra parte, Le bon menciona
que parte del progreso de una masa
psicológica a una colectividad en
desarrollo de consciencia yace en la redirección de su psicoenergía,
pensamientos, sentimientos y que los aspectos individuales se desvinculen: “El hecho más llamativo (…) sean cuales fueran los individuos que la
componen (….), el simple hecho que se hayan transformado en masa los dota de
una especie de alma colectiva. Este alma
les hace sentir, pensar y actuar de un modo completamente distinto de cómo lo
haría cada uno de ellos por separados”.
Las innegables sacudidas históricas, no son las que nos sorprenden en su
magnitud y violencia, sino son aquella que se producen en las creencias,
opiniones y conceptualizaciones en las masas
psicológicas, la misma que se ha construido y forjado desde una perspectiva
individualista y mecanicista. Por aquello, en post de un desarrollo vinculemos a nuestras experiencias la oportunidad de
redirigir nuestros objetivos en un progreso conjunto.
Javier Reina Ramírez