lunes, 7 de julio de 2014

Que nos mueve


En el transcurso de estas últimas semanas de lo que va del presente año, uno de los eventos deportivos más grandes del mundo “La Copa Mundial de Futbol”; que acoge en su mayoría la atención y audiencia de 202 países que constituyen oficialmente nuestro mundo. Sin embargo, somos testigo de una masa de individuos/as que expresan sus creencias, preferencias, concepciones, opiniones y posturas de diversas maneras sobre los avances y resultados de los países participantes por la obtención del título.

Dentro de los participantes de Latinoamérica constaba nuestra selección de futbol realizando un papel regular que conllevo a la exclusión del título. De esta forma, las herramientas de comunicación como las redes sociales (Whatsapp, Line, Facebook, Twitter, Instagram) se convirtieron en el objetivo principal de la voz de las masas psicologicas, expresando en sus portadas de perfiles sus anhelos, deseos, criticas, sentimientos, emociones y afectos sobre el objetivo fallido.

Cabe mencionar que la palabra “masa” en nuestra jerga cultural hace referencia al conjunto de individuos de cualquier clase o estracto social. Sin embargo, desde la perspectiva psicológica se determina “masa” al cohorte de individuos de diversas características y cualidades diferentes que la componen, como hace referencia nuestro maestro C.G. Jung “Lo heterogéneo se sumerge en lo homogéneo y las cualidades inconsciente dominan (…..)”. Sin embargo, dicha masa al plantearse objetivos en común deja de ser una masa inconsciente y se convierte en una colectividad en desarrollo  de consciencia.
  
Podríamos plantearnos las siguientes reflexiones:
-          ¿Qué hace posible la formación de una masa?
-          ¿Qué moviliza a los individuos/as a ser parte de una masa?
-          ¿En qué condición se establece una colectividad consciente?

Partiendo desde la perspectiva de Le Bon, considera que su formación radica  la relación de los individuos con su medio: “cualesquiera que sean los individuos que la componen (…), el mero hecho de hallarse transformados en una masa los dota de una especie de alma colectiva en virtud de cual sienten, piensan y actúan de manera exactamente distinta de cómo sentiría, pensaría y actuaría cada uno de ellos en forma aislada…”  

Además, Le Bon hace referencia a las posibilidades que movilizan a un individuo/a ser parte de una masa psicológica, cuya cualidades individuales desaparecen y la homogeneidad de la masa psicológica se evidencia en los flujos instintivos de las emociones, entre las cuales destaca: la adquisición de sentimiento de poder, contagio, sugestionalidad.

Por otra parte, Le bon menciona que parte del progreso de una masa psicológica a una colectividad en desarrollo de consciencia yace en la redirección de su psicoenergía, pensamientos, sentimientos y que los aspectos individuales se desvinculen: “El hecho más llamativo (…)  sean cuales fueran los individuos que la componen (….), el simple hecho que se hayan transformado en masa los dota de una especie de alma colectiva.  Este alma les hace sentir, pensar y actuar de un modo completamente distinto de cómo lo haría cada uno de ellos por separados”.

Las innegables sacudidas históricas, no son las que nos sorprenden en su magnitud y violencia, sino son aquella que se producen en las creencias, opiniones y conceptualizaciones en las masas psicológicas, la misma que se ha construido y forjado desde una perspectiva individualista y mecanicista. Por aquello, en post de un desarrollo vinculemos a nuestras experiencias la oportunidad de redirigir nuestros objetivos en un progreso conjunto.

Javier Reina Ramírez        





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