domingo, 10 de julio de 2011

Altruismo, un estilo de vida

El altruismo, al contrario que el egoísmo, consiste en hacer el bien a los demás; es una actitud muy cercana a la solidaridad que persigue el bien social. El altruismo, que en esencia es dar, sorprende y admira a muchas personas que consideran que esta actitud, cuanto menos, no es la más común y esperable en un ser humano. Y más aún en una sociedad como la actual donde las referencias y los valores están cada vez más cuestionados. No obstante, este supuesto sacrificio que se le supone a la actitud altruista, lejos de ser percibido como tal por quien la posee, en realidad repercute en el conjunto de la sociedad y, por lo tanto, también en el propio altruista, a quien revierte en forma de valoración social, autoestima, inteligencia emocional y, en última instancia, sastifaccion.
Dar a los demás es una incitación a la reciprocidad, tal vez semejante actitud se le antoje a más de uno como un mero ejercicio de ingenuidad, teniendo en cuenta la sociedad en la que vivimos, sin embargo los cambios siempre deben empezar por uno mismo y, en este sentido, dar es la mejor inversión que puede hacerse. 

El principio altruista, más allá de una condición capaz de cohesionar una sociedad en virtud de unos objetivos y valores comunes que benefician a todos, es también una cuestión moral. La preeminencia de una moral impregnada de los valores propios del altruismo, se constituye como la base social del progreso, la cultura y el bienestar. De igual modo, se convierte en un contexto psicológico capaz de contener o reprimir otras características negativas que, formando también parte de la esencia humana, atentan contra la propia salud del sistema. Entre ellas destacan la insitacion, agresion, el egoísmo o la maldad, tan interiorizadas en nuestra sociedad occidental y que, cada vez más, pretenden fomentar todo tipo de pretendidos valores, vacíos de contenido, donde prosperan las actitudes psicópatas y camaleónicas cuyo objetivo nada tiene que ver con el bien social, sino que, únicamente, buscan servirse de él para obtener beneficios inmediatos sin entrar a valorar en ningún momento el perjuicio ocasionado al entorno más inmediato, así como la erosión constante que supone para todo el entramado social.